sábado, 30 de junio de 2012

Cap. 4// ¿Sigue vivo?

- Espera Gideon, tienes que explicármelo- le digo, pero él sigue andando.
- Lo siento, no puedo- me dice-. Como he dicho antes, ya lo entenderás.
No dice nada más y entra en el claro dejándome con las palabras en la boca, respiro hondo y me preparo para enfrentarme a Christian y a Alex, pero no estoy preparada para lo que veo a continuación, cuando entro en el claro veo que ella sigue allí, pegada a Christian, pero no parece feliz, le miro a él y veo que tiene cara de asco, la cual me hace sonreír, pero también parece preocupado. Esta hablando con Alex y no me ha visto entrar, mejor así, me da mas tiempo para prepararme para la ronda de preguntas con las que, seguramente, me acribillarán, mi primo y él. Pero las preguntas no llegan, Christian se vuelve de repente, dejando a mi primo con las palabras en la boca, como si hubiera sentido mi presencia, en cuanto me mira su expresión cambia y su cara se ilumina con una gran sonrisa, que hace que me sonroje al darme cuenta que la camiseta me viene mas corta de lo que pensaba, aunque en mi cara se dibuja una gran sonrisa, pero ese momento, por desgracia, no dura para siempre, él rompe ese momento cuando mira a la chica de antes y yo maldigo para mis adentros.
- Arielle, esta es Luz, una amiga de mi familia, ella estaba en el bosque con sus hermanos, cuando unos hombres los atacaron y mataron a sus hermanos, ella salió corriendo, pero estaba perdida. Estaba intentando salir cuando llego allí- ahora que me fijo mas, me doy cuenta de que está temblando de miedo y tiene los ojos rojos, he sido una estúpida. Esto tiene que acabar, no puedo tacharme de estúpida cada dos por tres, a ver si al final va a ser verdad-. Volvemos mañana a primera hora, lo siento, sé que esto te hace mucho ilusión, pero no podemos arriesgarnos a encontrarnos con esos hombres.
- Yo le he dicho que podríamos irnos ahora mismo, pero dice que es demasiado tarde, que está oscureciendo- dice mi primo mientras me pasa un bocadillo.
- Yo puedo guiaros, conozco el bosque como la palma de mi mano, podría hacer el camino de vuelta con los ojos cerrados.
- No podemos Arielle, está todo muy oscuro, aquí tenemos mas posibilidades. No puedo dejar que te pase... que os pase nada- me coge de la mano y se sienta a mi lado, como para infundirme ánimos-. Tenemos que quedarnos aquí, es lo mejor.
- En ese caso, hago yo la primera guardia, el agua me ha aclarado la cabeza y no estoy nada cansada, no creo que pueda dormir en toda la noche- contesto yo, en realidad, la rabia y el dolor me han dejado sin fuerzas y necesito tiempo para asimilar que estoy enamorada de él.
- No, Arielle, tú tienes que descansar- dice mientras me acaricia el pelo-. Haré yo la primera guardia, si quieres haz tú la segunda, pero tienes que descansar.
- Pero que dices, si te caes de sueño.
- Podré aguantar aunque sea unas pocas horas, necesitas descansar.
- No podré convencerte ¿verdad?
- Cierto.
- Cabezota- le digo mientras le revuelvo el pelo y me alejo de él.
Cenamos en silencio, Luz está todo el rato pegada a Christian, temblando. Me da pena, pero eso no quita la rabia, la tensión va creciendo por minutos, cuando llega el momento en el que siento que la podría cortar con un cuchillo, me voy a dormir, diciéndoles que me despierten para hacer la segunda guardia.
Me cuesta mucho dormirme, y cuando lo consigo tengo unas horribles pesadillas en las que unos hombres sin rostro destripaban a Christian y a mí me obligaban a verlo sin poder hacer nada. Me despierto muy alterada y sudando. Como se que no voy a conseguir dormirme otra vez, me levanto y voy junto a Christian, que está haciendo la guardia, me siento a su lado y nos quedamos en silencio, sin mirarnos, pero cogidos de la mano y muy juntos, casi pegados.
Después de un tiempo, se gira hacia mí y me habla por fin:
- Siento lo de antes, tendría que habértelo explicado.
- ¿Qué?
- Sí, antes cuando has salido corriendo, bueno es que no me has dado tiempo, pero aun así tendría que haber ido yo a buscarte, pero tu hermano no me dejó, decía que tenía que quedarme con Luz para tranquilizarla, pero yo quería estar contigo, para explicártelo.
- No pasa nada, en realidad no tendría por que haber salido corriendo, ni siquiera se por que lo hice, no tienes de que preocuparte.
- Eso no es cierto ¿y si te hubiera pasado algo? con esos hombres ahí fuera no podría saberlo, vale que conoces el bosque, pero ibas desarmada, si te hubiera pasado algo no me lo hubiera perdonado nunca.
-Pero...- iba a decir algo, pero él me hace callar posando suavemente el dedo sobre mis labios, lo que iba a decir se me ha ido de la cabeza al mirarle a los ojos, nunca me había alterado tanto al mirar a alguien. Intento recordar lo que iba a decir, pero en ese momento, en mi mente, solo existe él, su mirada, sus labios, su pelo, solo él; por eso, cuando se acerca para besarme, no me aparto, es un beso dulce, tímido, lleno de ternura, pero, poco a poco, se va llenando de pasión, le echo los brazos al cuello y el me coge por la cintura y me atrae mas hacia él, seguimos así hasta que, con un tremendo esfuerzo, me separo de él jadeando; si no me hubiera separado, dios sabe como habríamos acabado-. Tenemos que parar Christian...- le digo y el asiente con la cabeza.
- Te amo...- dice después de recuperar el aliento.
Supongo que tendría que responder, pero me ha dejado sin palabras. Me abraza y yo apoyo la cabeza en su hombro. Estamos así un rato, sin hablar, disfrutando de la presencia del otro, hasta que veo que se le cierran los ojos y le mando a dormir.
Cuando por fin se duerme, dejo de mirarle y miro las estrellas, ya no estoy confusa, tengo las cosas muy claras, estoy locamente enamorada de Christian y a él le pasa lo mismo conmigo, no hay lugar a dudas.
Estoy pensando en eso cuando alguien me amordaza y me ata las manos, intento gritar, despertar a los demás, soltarme, pero no puedo, me han atado bien, empiezo a pegar patadas, aunque se que no servirá de nada, todavía no le he visto, pero parece que mi captor es bastante fuerte, aun así no me rindo y sigo  pegando patadas, al parecer mi captor se cansa de mi, porque me deja inconsciente.

Me despierto en una cama bastante cómoda, me duele la cabeza y no me acuerdo de nada. ¿Dónde estoy? Miro a mi alrededor, la habitación es bastante... como decirlo... peculiar: es redonda, sin esquinas, como una cúpula; hay una pequeña chimenea en el otro lado de la habitación; no tiene ventanas, bueno si que tiene, pero sin cristales, son mas bien agujeros echos en la pared que dan al exterior; y también hay un pequeño balcón.
Me levanto de la cama, que, por cierto, también es redonda; y veo que alguien me a cambiado de ropa, en vez de la camiseta de mi hermano, llevo un sencillo camisón azul por encima de la rodilla. Salgo al balcón y veo a mi hermano y a mi primo abajo, hablando, parecen bastante tranquilos. ¿Qué habrá pasado? ¿Qué es este sitio? ¿Dónde está Christian? En cuanto me ven se levantan y entran en la casa.
Me siento otra vez en la cama, intentando recordar, y entonces entran ellos en mi habitación.
- Que bien que estés despierta- dice mi hermano-. Tengo que hablar contigo.
- Sí, me debes algunas explicaciones- la contesto-. Por ejemplo, ¿donde está Christian?
- Cada cosa a su tiempo- dice Alex-. ¿No quieres saber por que estás aquí?
- Sí- contesto, claro que quiero saber que está pasando, pero estoy deseando ver a Christian, si no me lo quieren decir, solo puede ser por una cosa: algo malo le ha pasado y, si es eso, tengo que averiguarlo-, claro que quiero saberlo. Mira, primero me decís dónde está Christian y después lo demás.
- ¿Porqué te interesa tanto saber dónde está?- pregunta Gideon.
- ¿Qué?- ¿como se puede ser tan idiota? ¿es que no tiene ojos en la cara o qué?
- Vale, lo he pillado, mi hermanita se ha enamorado. Anda que menudo momento has elegido chica...
- ¿Que quieres decir con eso? ¿Le ha pasado algo ha Christian?
- ¿Te acuerdas de los hombres que mataron a los hermanos de Luz?
- Claro que me acuerdo ¿cómo me voy a olvidar?- ¿a que viene esto? ¿por qué intenta evadir el tema de Christian? eso solo refuerza mi dolorosa teoría de que le a pasado algo-. ¿A qué viene esto? Gideon, por favor... ¿Dónde está?
- Yo... la verdad...
- Gideon, por favor, no me hagas esto. Dímelo, sabes que no puedo vivir sin él, por lo menos merezco saber donde está- las lágrimas acuden a mis ojos con demasiada rapidez, odio esto, nunca había llorado tanto en tan poco tiempo, a decir verdad, yo nunca he sido de esas que se echan a llorar por cualquier cosa, ya se está convirtiendo en una costumbre, esto tiene que parar o en algún momento se me acabarán las lágrimas.
- Es cierto, perdona- parece triste, se acerca mas a mi y me abraza con fuerza-. Esos hombres fueron a por ti, te iban a llevar con ellos, pero Christian se despertó a tiempo y se sacrificó por ti, la abrieron el estómago, vinimos lo mas rápido que pudimos, pero cuando llegamos ya casi se había desangrado...
No soporto más esto, el dolor y la impotencia van creciendo poco a poco, arrasándolo todo, hasta que ya no queda nada, solo las lágrimas y la terrible certeza de que seguramente no volveré a verle vivo, no puedo parar de llorar y los sollozos son cada vez más fuertes. Mi hermano se da cuenta y me abraza con mas fuerza, Alex también se acerca y me pone una manta encima, mientras, entre los dos, me ayudan a tumbarme en la cama. Su presencia me reconforta, pero el dolor, las lágrimas y los sollozos no hacen más que crecer. Al final, no se de donde saco fuerzas para preguntarlo, aunque se que seguramente la respuesta acabará conmigo para siempre:
- ¿Sigue vivo?

domingo, 10 de junio de 2012

Cap. 3// Ya lo entenderás

En cuanto lo oímos, salimos de casa y lo encontramos en la puerta de la finca con la mochila en la espalda y nos reunimos con él. Entramos en el bosque, pero no nos adentramos demasiado en él, aún que cuando por fin montamos las tiendas hemos dejado atrás hace rato los límites del bosque, nos hemos adentrado bastante en él, pero no tanto como lo hacíamos mi padre y yo. A la hora de montar las tiendas Alex y Gideon se hacen un lío, no han ido mucho de acampada, y las tenemos que montar Christian y yo, mi hermano y mi primo se alejan un poco y nos dejan solos, así que me apresuro a acabar rápido porque me siento incómoda por lo que ha pasado antes en el vestíbulo, todavía no he tenido tiempo de aclararme las ideas y de pensar en ello, montamos las tiendas sin apenas dirigirnos la palabra, cuando acabamos, estoy a punto de escabullirme cuando él me coge del brazo y me atrae hacia si.
     - ¿Se puede saber por qué no quieres hablar conmigo?- dice duramente, hace una pausa, y cuando vuelve a hablar se nota en su voz que esta dolido- ¿Que te he hecho yo para que me trates así? Primero me abrazas como si se fuera a acabar el mundo y ahora esto, no te entiendo Arielle.
     - Yo... lo siento, no se que me ha pasado esta mañana, simplemente...- no sabía como explicarle lo que había sentido al verle, y recordar ese momento me confunde, así que sacudo la cabeza para intentar despejarla-. No sé Christian, de verdad que no sé lo que siento, estoy confusa, muy confusa. Yo...- no se que decir y realmente estoy muy confundida. Sin saber por qué, las lágrimas acuden a mis ojos y me doy la vuelta bruscamente para que no las vea, pero reacciono demasiado tarde, ya las ha visto, se acerca más a mi y entonces, sin saber por qué, me fijo en que sus ojos no son tan verdes como yo pensaba, son mas bien azulados, como el mar, y me pierdo en ellos como si no existiera nada mas en el mundo.
    - Arielle, no hace falta que me contestes- me abraza y yo apoyo la cabeza en su hombro, las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas, pero él no se da cuenta y sigue hablando-. Yo lo que quiero es que estés bien, dime una cosa, ¿eres feliz?- intento contestar, pero la pregunta me pilla por sorpresa y no me salen las palabras, cuando intento hablar se me quiebra la voz por las lágrimas y él se da cuenta y se separa de mi para mirarme a la cara, cuando ve que estoy llorando me acaricia la sien y me susurra al oído cosas que no llego a oír y entonces él se acerca para besarme, pero yo me separo bruscamente de él, no estoy preparada para eso, intento decir algo, pero no puedo y salgo corriendo hacia el bosque.
     Llego a un lago cristalino, en el que no había estado antes, pero que me resulta familiar, he dejado de llorar, así que me lavo la cara en con el agua del lago. Cuando acabo me acerco a un árbol y apoyo mi espalda en él. Intento no pensar en lo que ha estado a punto de pasar, pero no lo consigo, estoy, si cabe, mucho mas confundida que antes, siempre había pensado en Christian como un buen amigo, quizá el mejor, pero nada más y ahora no sé que pensar, me ha costado horrores separarme de él y tampoco entiendo por qué lo he hecho, estoy demasiado confusa, así que me levanto intentando aclararme las ideas, pero no lo consigo y decido volver al campamento.
     Cuando llego ellos están preparando la cena, han encendido una hoguera y están asando la carne que llevábamos en las mochilas, no se han atrevido ha hacer lo que hicimos mi padre y yo, pero no importa realmente, estaba deseando con tanta fuerza este momento, que mientras estemos en el bosque me da lo mismo lo que hagamos.
     Me acerco a ellos y me siento al lado de mi hermano, no tiene pinta de que se haya enterado de lo que ha pasado entre Christian y yo mientras montábamos las tiendas, a juzgar por las conversaciones que he oído, estoy segura de que no le habría gustado, pero no sé por qué y necesito saberlo, pero no atrevo a preguntar, se supone que las conversaciones eran privadas y yo no debería haberlas escuchado, pero necesito saber a que se refería al decir que íbamos a sufrir si estábamos juntos, no puedo soportar la idea de que haya algo sobre mi del que no tengo noticia, sobretodo si es importante. Odio la sensación de que me ocultan algo y esa es justo la sensación que tengo ahora mismo, cuando se supone que tendría que ser feliz. Pero decido dejar de pensar en ello y divertirme.
     Están contando historias alrededor de la hoguera, como siempre. Pero yo no las escucho, no puedo evitar mirar a Christian, perderme en sus ojos azules, que están fijos en mí, admirar su pelo castaño mojado y revuelto, lo que todavía lo hace más guapo, va sin camiseta, por que hace calor; y la luz de la hoguera resalta sus músculos. Mirarle me hace sentir un montón de sentimientos contradictorios, así que dejo de hacerlo y atiendo a la historia que esta contando Gideon.
     - ... Luna salió de su casa en plena noche para buscar a Peter, no sabía lo que hacer, hacía horas que no le veía y estaba asustada, así que, a pesar de todas las veces que le habían advertido que no lo hiciera, se fue al bosque a buscarle, se suponía debía estar asustada, pero no lo estaba, en realidad, el sentimiento que la carcomía por dentro era la preocupación, estaba preocupada por Peter, ¿y si le había pasado algo?, ella estaba segura de que él sabía cuidarse solo, pero nadie le había visto en todo el día. Lo primero que pensó al adentrarse en el bosque fue que no parecía tan siniestro como le habían dicho, pero ella no vio...- esta historia ya la habían contado un millón de veces y me la sabía de memoria, así que dejé de atender y volví a mirar a Christian, él ya no me estaba mirando, pero tampoco tenía pinta de estar escuchando la historia, estaba mirando las estrellas y, conociéndole, seguramente estaría pensando en lo mucho que le gustaría vivir en ellas, me lo había dicho muchas veces, que él deseaba llevarme allí para que nadie nos hiciera daño, he sido una idiota y una inocente, siempre había creído que lo decía como amigo, ahora me doy cuenta de que lo decía porque estaba enamorado de mí, pero yo no estoy segura de si corresponderle, no quiero que sufra, aunque todavía no entiendo por qué, él va a sufrir estando conmigo. Él se vuelve para mirarme, como si hubiera sentido mi mirada y yo me vuelvo a perder en el azul de sus ojos, estoy así,perdida en su mirada, cuando aparece de repente un chica en el claro, no la conozco, pero es evidente que Christian sí, por qué pone cara de asco y deja de mirarme, la chica se acerca a él y le abraza, es un gesto simple, bien podría ser un familiar suyo o una amiga de toda la vida, pero me molesta y la rabia empieza a crecer dentro de mi. Estoy intentando calmarme cuando ella se acerca y le besa, ya no puedo aguantarlo mas y, temblando de rabia, salgo corriendo hacía el bosque y no paro hasta que llego al lago de antes, sin pensarlo, me tiro al agua,  siempre me ha  ayudado a calmarme y esta vez no es diferente, la rabia va desapareciendo poco a poco, pero deja paso al dolor, un dolor insoportable que no había sentido antes, he sido una estúpida, como he podido pensar que se había enamorado de mi, él es mayor, tiene 16 años, yo apenas tengo 13 y soy demasiado pequeña para él, como he podido pensar que me prefería a mi antes de cualquiera de esas chicas mayores y mucho mas guapas que yo. Sin poder  hacer nada para evitarlo, me echo a llorar y las lágrimas se mezclan con el agua del lago. Estoy tan concentrada en intentar parar de llorar que no me doy cuanta de que mi hermano me esta mirando en la orilla del lago.
Salgo del agua en silencio y él me abraza hasta que por fin consigo calmarme.
- ¿Cómo me has encontrado?- le pregunto.
- Siempre te ha gustado el agua, supuse que si había algún lago por aquí, sería allí donde estarías- me vuelve a abrazar y no le pregunto nada más. Mi hermano es el único que me conoce-. Estas empapada, anda quítate esa ropa, que vas a coger una pulmonía, te dejo mi camiseta- es cierto, no me había dado cuenta, pero ha empezado a hacer frío. Se quita la camiseta en un segundo y me la tiendo, pero yo tardo un poco más en quitarme la ropa mojada, cuando me quedo en ropa interior el me la vuelve a dar y yo me la pongo, me llega hasta las rodillas, que están temblado, gracias a Dios, lo atribuirá al frío no al dolor, que todavía no se ha ido. Me abraza y volvemos juntos al campamento, antes de que entremos en el claro, le paro.
- Gracias- es lo único que digo.
- ¿Por qué?
- Por no preguntar, luego te lo explico si quieres, pero ahora no puedo, duele demasiado.
- Tranquila Arielle, hace tiempo que sabía que esto pasaría, era inevitable.
- ¿Que quieres decir?- no entiendo nada ¿que quiere decir con eso?,él no podía saber que me enamoraría de su mejor amigo, porque es eso lo que ha pasado, tengo que admitirlo de una vez; me podría haber enamorado de cualquier otro.
- Nada, ya lo entenderás.